domingo, 20 de marzo de 2011

PASOS PARA UNA LIBERACIÓN EFICAZ

6ª LEC. PASOS PARA UNA LIBERACIÓN EFICAZ Siempre hay que tener en cuenta que, la persona que necesita liberación sobre todo es, que están sufriendo y necesitan a Cristo. INT. Por lo tanto, lo primero es que acepten a Cristo como su salvador y libertador. Es un error enseñarnos con la persona, o asustarla... ¡gritándole del demonio! Que la tiene sujeta. No administramos demonios, sino vidas valiosas para Cristo. La palabra de Dios nos asegura que el evangelio debe ser presentado a las personas; ellas son las que deben tomar las decisiones... no encuentro en la palabra casos en los que Dios haya tratado con personas sin que ellas participaran en la administración de liberación. Es necesario tener respeto, prudencia y pudor. Si las herimos... ellas cerrarán su corazón y se irán mal. Ministremos con amor, con respeto no ministremos con el afán de adquirir fama, sino de que Dios recupere un alma desdichada y condenada. Pasos para la administración. 1. PASO. "Asegurarse de que la persona está manifestada" Existen tres clases de manifestaciones diabólicas en las vidas de las personas. El análisis de cada uno de ellos nos ayudará a determinar el nivel de manifestación que tiene la persona que estamos ministrando. Oprimido Se dice que una persona está siendo oprimida por el demonio cuando recibe una fuerte presión externa del enemigo para abra la puerta de su corazón y le permita entrar. Aún el demonio no está dentro de ella, sino que la está oprimiendo desde el exterior para lograr facilitar su ingreso. Veamos un ejemplo: ¡Si el diablo oprime una vida con pensamientos de temor y ella permite que ese temor controle su vida, Satanás logró su objetivo! Podemos observar que la opresión trabaja por medio de las tentaciones y persecuciones. -En muchos casos el demonio utiliza ése tipo de opresiones para ejercer presión en los cristianos y de esa manera lograr que regresen a su antigua vida de pecado. Esa es la razón por la cual la Biblia nos dice en Santiago 4:7: "7 Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros." Atormentado Este es el paso siguiente a la opresión. En esta etapa la persona le ha abierto la puerta diablo y él, ha ingresado a esa vida. A partir de allí trabaja desde adentro. La persona atormentada no está necesariamente endemoniada. La manifestación demoníaca es parcial y no total. Solamente ha tomado alguna área de quien se encuentra bajo la influencia satánica. Poseído o atormentado La persona está poseída o endemoniada ha perdido el control total de su voluntad. Es aquella a quien el diablo dirige a su gusto. Pierde total conciencia de sí misma y no recupera, ni se da cuenta de nada de lo sucedido. La posesión es tal, que, no puede hacer memoria de los actos realizados luego de haberlos hecho. El diablo ha tomado a esta persona en sus tres dimensiones; alma, cuerpo, y espíritu. Puesto que, al entrar el demonio lo hace a través de su mente y luego la obstruye, entonces, toma dominio de su cuerpo y finalmente apaga su espíritu. Pero Dios que es justo, puede darle el momento de lucidez y oportunidad. -Si un caso así llega a manifestarse, se debe completar igualmente cada uno de los primeros 4 pasos que a continuación detallaremos. El poseído tiene actitudes antisociales y violentas. No se ve ni escucha lo que usted le puede hablar. Pero solamente la misericordia de Dios puede liberarlo; ejemplo: Marcos 5:1-20. ¿Qué hacer frente a una manifestación? debemos de asegurarnos del nivel de voluntad que tiene la persona que necesita liberación. La manifestación demoniaca no es señal de que ha perdido su conciencia y voluntad sobre ella misma. Por lo tanto, debemos determinar qué grado de manifestación tiene la persona que necesita liberación. Existen dos situaciones que pueden surgir frente a una liberación. Primera opción. Es una persona que se acerca Dios, ya sea en la iglesia o en una oración, y comienza a experimentar sensaciones intensas de opresión tanto de su pecho, como de su garganta. Luego dice, que en ciertas áreas de su vida necesitan ser libre. En ese caso debemos comprender que la persona está totalmente consciente y necesitamos mucho cuidado durante la oración con las palabras que decimos para que la persona sea libre y no sienta temor. -Aquellos que nunca han tenido relación con el mundo espiritual como nosotros los cristianos, no comprenden las verdades acerca de las ataduras demoníacas. Nosotros somos los más indicados para explicarles con mucho cuidado y amor, como es la situación y ofrecerles la posibilidad de que sea libre de las ligaduras que las están atando. Segunda opción. Es aquella persona que ante una oración, comienza manifestarse demoníacamente. Nosotros debemos identificarle por medio de diversas señales que demuestra el que más adelante señalaremos. Esta persona debe ser llevada a un lugar aparte, fuera de la vista curiosa de la gente y allí identificar este primer punto para luego continuar con los siguientes. En este paso es sumamente necesario discernir por medio del Espíritu Santo, el grado de conciencia que tiene la persona manifestada. El primer contacto que ella tiene contigo, tenemos que ver que está muy asustada por lo que le está pasando en su interior. Una fuerza está manejando su cuerpo de tal forma que no puede controlar. Por eso, debe de tener mucho cuidado en la manera de tratar a esta persona, debemos ayudar la, ella no debe sentirse agredida sino atendida con mucho amor. Pues los siervos de Dios lo que queremos para esa vida es que sea libre de las manos de Satanás, esto es lo que nos debe mover y sentir en el corazón si no actuamos así, lo único que lograremos, será que sienta pánico, como resultado la estaremos ligando el temor, el lugar de liberarla. Dentro de este tipo de manifestación encontremos a: • personas que no recuerda nada, quedan bloqueadas, confusas, y espíritu inmundo se manifiesta, ellas no forman parte de éste primer proceso de manifestación, hasta que luego la ayudamos a tomar el control de sí misma para que sea quien tome decisiones. Cuando vuelven así preguntan: ¿dónde estoy? ¿Qué me ha pasado? Etc. etc. • otras están totalmente conscientes pero el espíritu inmundo que domina su voluntad no le permite que ella actúe sobre sí misma en este paso, aunque parece sencillo, es muy importante y necesario que antes de atar al espíritu inmundo, nos aseguremos del grado de manifestación que tiene la persona. Deberemos ser muy prudentes en el trato con estas personas. - No debemos administrar equivocadamente, no debemos pretender al demonio porque en la mayoría de los casos las personas que debe ser administradas están totalmente conscientes mortificadas con el trato... "humilladas" con el trato autoritario que se les da. Alguno de las señales que debemos tomar en cuenta con respecto a la manifestación demoniaca son: • pérdida de control de sus movimientos. • Rostro desfigurado. • Movimientos bruscos. • Mirada hostil. (Les es difícil abrir los ojos) • mirada vidriosa. • Opresión del techo u otras partes del cuerpo. • Bloque y risa nerviosa y sarcástica. Muchas veces estas señales no están directamente relacionadas con el grado de conciencia que tiene la persona. Debemos de depender continuamente de la sabiduría del Espíritu Santo para no cometer errores. ¿Qué no hacer? En cualquier manifestación física no es aconsejable comenzar a reprender y a expulsar demonios. En caso de que la persona esté consciente puede producirse un shock emotivo importante. Porque el problema que está viviendo se le suma el miedo que le produce nuestro proceder. En lugar de liberar a esta persona de las ataduras, la estamos ligando aun más induciéndole temor. 2. PASO. Si la persona está manifestada, tomar la autoridad en el NOMBRE de JESUS y sujetar el espíritu inmundo. ¿Cuáles son las palabras de sujeción? Una vez que la persona que se manifestó se encuentra en un lugar seguro y apartado, y se determinó el grado de manifestación que tiene, entonces ha tomado autoridad sobre los espíritus demoníacos y los a sujetado en el NOBRE de JESUS. –Creo conveniente–, como resultado del estudio de la Palabra, que la frase más adecuada para tratar con los espíritus es: "Sujétate en el NOMBRE de JESUS". El concepto de sujetarlo es el más adecuado, pero aun sabiéndolo… no decimos esas palabras, sino: "Demonio te ato" o "Sujétate Diablo inmundo". Debemos de tener en claro que si la persona está totalmente bloqueada no entiende lo que estamos pronunciando, por lo tanto, podemos decir: "Demonio" o "Satanás" y ella… no comprende. Pero si está consciente y comprende lo que estamos diciendo, se asusta. Por lo tanto, aconsejo decir: "¡Sujétate en el NOMBRE de JESUS!" ¡NO REPRENDA AL DEMONIO! La orden de sujetarse en el nombre de Jesús, resulta Mucho más efectiva que cualquier otra expresión referente a la autoridad sobre los demonios. Esta declaración no incluye solamente el área espiritual sino también todas las otras de la persona. Cuando Jesús envió a los setenta a predicar, al regresar le contaron con mucho gozo su experiencia diciéndole: "Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre" LC. 10:17. Es necesario sujetar al demonio antes de administrar a la persona. Una vez dada la orden, debe creer que la persona ya está bajo la autoridad de Jesús. Cuando utilizamos esta expresión, si la persona está consciente puede creerse que le estamos diciéndole a ella que se quede "quieta". Evitando que se lastime físicamente, ni va a ofender, si decimos: "demonio te ato"… probablemente se asustará. ¿Por qué necesitamos que el Demonio se sujete? Al estar el demonio sujeto, sabemos que se encuentra bajo la autoridad de Jesús. El espíritu inmundo no está sujeto va a pretender continuar haciendo lo que quiera con la persona mediante las manifestaciones violentas. Pero si administrar usamos la autoridad que Jesús nos ha concedido, el demonio tiene que responder a nuestras palabras y quedar sujeto. ¿Cuántas personas debe sujetado o atar a los demonios? (Una sola persona). Dentro del grupo que está administrando debe de ser la que tome autoridad frente al demonio. El resto de debe apoyar en oración artista sujetando "administrando" con todos incluyendo el pastor administran... ¡todos a la vez gritando y reprendiendo! Parece que el que más grita es el que más autoridad tiene… y no es así. La autoridad no es propia sino que es conferida, no administrando el nombre sin el nombre de Jesús. En la administración de liberación debe de haber mucho orden. Si por causas del cansancio o por motivo, quien está ministrando no puede seguir, invita a alguno del equipo a que contiene delegando autoridad, y que siga el. En la Biblia no está escrito que alborotemos a los demonios, sino que se sujeten ante el nombre de Jesús. Por lo tanto, aprendemos a sujetarlos. Si no actuamos cómo corresponde, el demonio seguirá manifestándose. En algunos casos el demonio se pude expresar así: "Poneros de acuerdo primero y después me iré". ¿Cómo evitar que la persona manifestada se haga daño físicamente? Una vez que la persona en cuanto a autoridad logra sujetar al demonio, debe decirle también que en el nombre de Jesús le prohíbe hacerle daño. A menudo los demonios, cuando se les ordena soltar a quienes han tomado, tratan de perjudicar a la persona con diversas molestias físicas: ahogos, presiones, palpitaciones, etc., ect. Cuando administramos el Espíritu Santo se revela. El nos indica que hay un problema. Debemos darle lugar al Espíritu Santo para que obre libremente. No hay demonio que desobedezca cuando ordenamos sujetarse en el NOMBRE de JESUS. Tal vez, algunos dan más trabajo que otros, ya que unos son simples soldados, y otros tienen rangos mayores e intentan oponerse. Esto suele ocurrir cuando la persona tiene un gran odio en su interior, estos son casos muy difíciles, el odio se manifiesta con violencia, con venganza por esto, en esta manifestación se mezcla lo espiritual y lo físico. A través de reacciones violentas. 2. PASO. Hacer volver en sí a la persona. Una vez que atravesamos los pasos anteriores, el demonio está sujeto y la persona tranquila. Entonces debemos invitarla a que despierte o tome dominio y control de su propio cuerpo. Siempre que El Señor trata a alguien, lo va a hacer cuando la persona esté en plena consciencia. Es muy diferente con el diablo, quien toma la voluntad de la persona y hace con ella lo que quiere. Ayudar a la persona a tomare dominio de su cuerpo y de su mente. Cuando una persona se manifiesta sabemos que tiene problemas. Por lo tanto, tenemos que administrarla para ayudarla. Pero, ¿Cómo ayudar espiritualmente a una persona que está inocente? Debe tener su voluntad dispuesta para tomar decisiones y así renunciar y ser libre. Esto lo logra solamente cuando los demonios son atados y no pueden influenciar esa vida. Las palabras que decirle a la persona a modo de ejemplificarlo, pueden ser la siguientes: (Llamarla por su nombre: Pedro, Luís. Etc.) Y decidle: "En el NOMBRE de JESUS", (toma dominio y control de tu cuerpo y de tu mente. Vuelve ahora. Abre tus ojos). Si no conoce el nombre de la persona es aconsejable decir: "Espíritu humano, en el NOMBRE de JESUS. Toma control, y dominio de tu cuerpo, de tu mente, abre tu ojos y vuelve ahora". Estas palabras, por supuesto, deben de ser utilizadas en caso de que la persona no esté en total grado de consciencia. Si la persona se encuentra consciente, tiene los ojos abiertos y ve todo lo que está pasando, no es necesario llamarla de esta forma. Simplemente se le puede decir: "Bueno, ahora vamos a hablar un poco de algunas cosas". Es sumamente importante que esté consciente para que pueda hablar y tomar sus propias decisiones. Dios le dio al hombre libertad y responsabilidad para esto, aceptando o no los mandamientos. GN. Cap. 2-3. Una persona que está bajo la autoridad de un espíritu maligno no es consciente de lo que hace y no tiene validez lo que pueda hablar. No interesa hablar con la persona. No queremos establecer una lucha fuera de lugar con os demonios, sin ningún tipo de reparos. –Lo que buscamos son las causas dentro de la persona–. No se asuste si un espíritu maligno le dice: "no tienes autoridad" en el momento en que estamos tratando de que la persona vuelva en sí. Cuando nos habla un demonio así, debemos contestarle: "¡Ahora te sujetas, y después lo veremos si tengo autoridad o no!". Primero tratamos con la persona aun que el demonio esté hablando. Ayudamos a la persona diciéndole: "No tremas Jesús te mama y Él te va a ayudar, solo tienes que clamar a Él". Si el demonio sigue hablando mándelo a callar, y mostros seguimos hablando con la persona explicándole, qué; "Hay autoridad y poder en Cristo". Cuando la persona clama dice: "¡Dios mío; ayúdame!". Aun que con el pensamiento, la fortaleza de Dios viene. Cuando la persona repite el Nombre de Jesús la persona se desbloquea mentalmente "Jesús tiene un nombre, que es sobre todo nombre". Explique lo sucedido a la persona. Cuando la persona abre los ojos, le explicamos lo sucedido: "Tienes un problema espiritual y queremos Ayudarte", no debemos alarmar a la persona; diciéndole: "Estás endemoniada". Nunca debemos olvidar que estamos tratando con una vida y no debemos ponerle más cargas de las que ya tiene. Debemos quitar el peso que lleva sobre sus espaldas no aumentarlo y agravarlo. Dios nos respeta a nosotros, debemos de respetar a las personas que estamos ministrando. -Guiándonos por lo síntomas de la persona si solo reprendemos, es un error, debemos primero buscar la colaboración de la persona afectada para alabar con quien produce los síntomas. Para entenderlo mejor: Si tenemos una araña en casa por mucho que limpiemos las telarañas, siempre aparecerán de nuevo, si matamos a la araña se acabó las telarañas… es la persona misma quien tiene que renunciar conscientemente a todas sus ataduras, poniéndose bajo la autoridad de Jesús. Si no está en sus cabales no podemos intentar romper los yugos que la atan, porqué no lo querrá hacer, menos aún, si está manifestada. Cuando estemos ministrando, y haciendo volver en sí a la persona y la guiamos en el renunciamiento, a veces el demonio en ese momento le bloquea la mente, la lengua, y se vuelve a manifestar. En este caso, debemos de comenzar nuevamente desde el segundo paso, (sujetar al espíritu maligno), que vuelva en sí nuevamente para luego continuar en el renunciamiento. 3. PASO. Preguntarle a la persona si quiere ser libre. Preguntamos: "¿quieres ser libre?". Aunque la pregunta sea muy obvia, no siempre las personas desean recibir liberación. Depende de la voluntad de la persona. No podemos romper la autoridad sobre sí misma. Ninguna liberación es posible si la persona consciente no dice: "Si quiero ser libre". Cuando alguien quiere ser libre y deshacerse de cosas que tienen que ver con el Diablo, lo primero que tiene que hacer es conocer a Cristo. -El poder de Dios no se desata sobre una vida si ella no está dispuesta a someterse a Él. Por lo tanto, la pregunta que debemos de hacerle a la persona una vez que tomó el control de su cuerpo y de su mente es: "¿Quieres ser libre?", "¿Quieres que te ministremos?". Si la respuesta es negativa. Conviene que oremos por ella y luego la dejemos ir. Debemos respetar su decisión y recordar que todos tenemos libre albedrío y debemos aceptar su decisión. No podemos obligar a nadie a que sea libre. Las decisiones, en lo específicamente referido a lo espiritual, son propias dado que: "cada uno de nosotros dará a Dios cuentas de sí"; RO. 14:12. Dios nos trata en forma personal. Si la respuesta es afirmativa. Debemos comenzar a ministrarla. Con mucha prudencia hay que explicarle lo que ha pasado cuando se ha manifestado y asegurarle que necesita ser libre (Liberada). Debemos enfrentar a la persona con la realidad que está viviendo. Una vez que ella está consciente debe ella decidir por su liberación, de ahí en adelante comienza la liberación espiritual. 4. PASO. Presentarle el plan de Salvación e invitarlo a aceptar a Cristo. Sin Cristo no hay Salvación ni liberación, para que sea libre es imprescindible la presencia de Cristo en la vida de la persona. La persona tiene que comprender que tiene ataduras espirituales y que está bajo el dominio del Diablo porqué: "Todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado", JN. 8:34. -Solo es posible liberarnos del dominio del Diablo cuando nos rompeos bajo la autoridad de Cristo. JN. 8:36. "Así, qué si el Hijo del hombre os libertare, seréis verdaderamente libres". Nadie puede ser libre del yugo e Satanás si no acepta a Cristo como Señor y salvador, no se puede echar el demonio de una vida si primero no se da lugar a Cristo. Es imposible ministrar liberación si la persona no acepta el señorío de Cristo para su vida. Podemos reprenderle y echar demonios pero la liberación no será efectiva y duradera, pues la persona no está protegida por la presencia del Señor."El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del omnipotente". SAL. 91:1. Si tenemos al Señor, el enemigo no puede ni podrá hacernos daño. Pero es pertinente que Dios ejerza autoridad sobre todas las áreas de la vida. No puede haber liberación de algo que no se ha entregado. Es importante recalcar que la Palabra de Dios enseña que no tenemos autoridad sobre una vida para obligarla a aceptar a Cristo. Nadie aceptó a Cristo por obligación sino voluntariamente. No se puede expulsar primero los demonios de las vidas para que luego entre Cristo… pensando que primero hay que limpiar la casa para que entre Cristo. Nadie puede luchar contra un reino si antes decide no pertenecer más a él. Si quiere ser libre de las tinieblas tiene que acercarse a la luz. La autoridad máxima es el Señor y bajo esa autoridad debe querer la persona estar. Por lo tanto, lo más positivo del proceso de liberación es que la persona se decida por Cristo. "Quiero ser libre pero…", Quien decidió ser libre, pero se resiste a abandonar tal o cuál práctica de su religión, no se puede recibir liberación. La Palabra de Dios asegura que sin el Hijo de Dios no hay libertad total. Se nos puede presentar 2 cosas diferentes: 1. Aquellos que nunca conocieron al Señor. 2. Los que conocieron al Señor, pero se han apartado de Él y viven en pecado, aunque vallan de vez en cuando al culto, pero no viven consagrados al Señor bajo su Señorío. Hay circunstancias que impiden el desarrollo del cristiano. No pueden vivir totalmente entregadas al Señor porqué existe áreas de sus vidas que no están plenamente dominadas por el Espíritu Santo. En todos los casos no debemos juzgar sino ayudar a quienes el Señor nos da el privilegio de ministrar. 5. PASO. Indagar qué áreas de la vida han quedado atadas como consecuencia del pecado. Luego de aceptar a Cristo en su vida y su corazón, la persona debe de disponerse a quitar todo aquello que impide que la Obra del Espíritu Santo sea total. Por lo tanto, comenzamos a indagar sobre las áreas de su vida en las que puede haber ataduras. Cuando hablamos de ataduras nos referimos a consecuencias del pecado. Desobedecer a Dios trae consecuencias que va más allá de lo que podemos imaginar en las áreas del cuerpo, del alma y del área espiritual. Para poder conocer las ataduras que causan tales consecuencias. La indagación debe ser tipo pastoral animando a la persona a que abra su corazón en todos los órdenes. Asegurarse que no somos jueces sino ministros que deseamos ayudarla. La persona debe comprender que aun lo más sucio y horroroso que pueda contarnos no cambiará el concepto que tenemos de ella. De una forma u otra todos hemos dejado una parte oscura de nuestras vidas, de la cual el Señor se ha encargado. Estamos seguros que cuando llegamos a Dios, le confesemos nuestros pecados, Él perdonó y nos dio una nueva vida. Por eso, nuestra indagación no debe ser tipo policial, diciéndole por ejemplo: "Bien, ahora confianza lo que has hecho…". Amamos a la persona, no la juzgamos. La persona debe estar convencida de que nuestro interés no está en conocer aspectos de su vida para después cuestionar su conducta, sino que deseamos que ella exprese las cosas ocultas de su corazón para que pueda disfrutar la plenitud de Cristo. Si la persona se siente comprendida, no permanecerá nada oculto en ella, declarará todo lo escondido, y aun lo más profundo de su corazón si la persona guarda algo, la liberación no será completa. Delante del Señor no podemos tener cuartillos cerrados. Cuando estamos en su presencia y le pedimos que nos limpie, no puede haber ninguna área oculta. Si existe un sincero deseo de presentar todo delante del señor, el espíritu santo actuará logrando que la persona recuerde lo que parecía olvidado. El Señor mira mucho la disposición del corazón. La liberación es la consecuencia de un corazón dispuesto. Cuando las puertas de ingreso a la vida son cerradas para el Diablo, la persona queda totalmente liberada. Debemos ministrar bajo la dependencia del Espíritu Santo para ayudar a cerrar de forma definitiva todas esas puertas. Cuanto más cómoda se sienta la persona que va ha ser ministrada, tanto mejor. Por eso, es recomendable, que en lo posible estar en un sitio fuera de curiosos, o con mucha gente. Área del cuerpo. Relaciones ilícitas, las ataduras más comunes en esta área tiene que ver con relaciones fuera del matrimonio. Todo contacto sexual une a una sola carne a quien participa de él. "¿O no sabéis que e que se une con una ramera, es un cuerpo con ellas?" 1. CO. 6:16. Por lo tanto, al ser una sola carne se puede ser receptor tanto de enfermedades físicas como de problemas espirituales de la otra persona que participó en la relación. Entre esas vinculaciones encontramos: (Ataduras, pactos, incorporaciones, etc.,) Si la persona con la que se unió sexualmente practicaba brujería, hechicería, o era espiritista, al ser una sola carne con ella, los demonios que tenía autoridad sobre esa vida pueden ejercerla también sobre la otra. El pecado de fornicación y adulterio ha sido perdonado por Cristo, si se lo acepto como Salvador. Pero lo que no se han roto son las consecuencias del pecado. Más los que han tenido relaciones sexuales ilícitas deben específicamente a todos los que compartió su cuerpo, a todos con los que se unió formando una sola carne, si esa unidad no se ha cortado, renunciando específicamente (adj. Que distingue una especie o una clase de elementos de otra) y en el NOMBRE DE JESÚS, la otra persona puede hacerse daño acarreándole problemas espirituales. Por esa razón, es necesario desligar a la persona de la atadura sexual, y en consecuencia espiritual, a la que se halla sometido al llegar a ser uno con la otra persona, ya sea del mismo sexo o no. Área del Alma. Esta área tiene que ver con los sentimientos y con la voluntad. Aquí las ataduras provienen de odios y de miedos. El Odio. El odio constituye uno de los espíritus más resistentes. Da lugar a rencores, enojos, resentimientos, envidias, orgullo, violencia, deseos de venganza, maledicencias, etc. Produce: raíces de amargura, falta de perdón, depresión nerviosa, "quien no perdona no perdona no puede ser perdonado." MT. 6:14-15. "14 Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; 15 mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas." Si el odio fue causado por el menosprecio de alguien la persona debe recordar exactamente la circunstancia para quedarse libre. También debe recordarse de la persona que causó ese dolor y clamar: "En el NOMBRE de JESUS… perdono a: (nombre de la persona" Por haberme… y por (hablar del menosprecio) Al romper la causa del verdadero problema se acabarán las consecuencias. Y será libre de esta terrible atadura. El Temor. El miedo ocasiona a las que comúnmente denominan "Traumas", figuraciones, complejos y muchas veces, temores, dudas, inseguridades, fobias, etc. es decir, poder imaginar lo que una persona puede sufrir a través de los miedos, profundos. A causa del temor puede llegar a someterse bajo autoridades espirituales de maldad. Por eso, no solamente es necesario renunciar al temor, sino que hay que recordar específicamente la causa que lo provocó y entonces mencionándola renunciar orando y proclamando. Muchos padres atan a sus hijos diciéndoles: "siempre tendrás que estar conmigo, porque todo lo que tengo es para ti, para que estés bien y no te falte nada". O le decimos todos los días: "ten cuidado no tengas un accidente, etc." Con nuestras palabras estamos abriendo puertas al enemigo, creamos temores sobre esa vida. La palabra debe ser: "Ve con mi bendición y con la confianza de que Dios está contigo". La prudencia es la que tenemos que trasmitir, no el miedo. Puedo decirle a mi hijo que tenga cuidado y no corra con el coche porque no es bueno, pero si le decimos te puede pasar esto u lo otro creamos un entorno de temor muy grande. Si formamos a nuestros hijos con tantos temores, cuando se enfrenten a la vida tendrán miedo de tomar decisiones, estarán siempre inseguras con los problemas de carácter que se da cuando se es un niño inseguro. De mayor tendrá muchísimos problemas y sufrirá mucho. Prohibido tener miedo. El miedo es una puerta a los demonios. Satanás nos asusta para que como resultado de ello, quedemos perturbados por determinado temor, y para que el pueda entrar en nuestra vida sin ningún tipo de inconvenientes hay que indagar sobre los miedos que las personas pueden haber tenido. Por ejemplo; miedos de la infancia que se refleja en la vida madura miedos a la oscuridad, al agua, a las tormentas, a estar encerrados o a otras situaciones. Es necesario averiguar dónde nace ese miedo que constituye una atadura para esa vida. El cristiano que está sometido a Dios, no teme, cuando permanece en su voluntad somos inmunes a los temores. Sometidos a Dios tenemos autoridad para plantarnos delante del enemigo y decirle: "¡En el nombre de Jesús, vete!". Satanás no puede tomar a nadie que esté sujeto a Dios y que le obedece en todo. Falta de perdón. Hay problemas emocionales que son muy evidentes y que son producto del miedo. Un impacto emocional muy grande deja consecuencias imprevisibles e irresistibles. Cuando no se perdona no se olvida… esto nos hace desconfiados, solitarios, tremenda puerta abierta para el enemigo. Indagando se puede cerrar a través del perdón. Área espiritual. Al referirnos a ésta área, NO estamos hablando del espíritu, sino de todo lo concerniente al mundo espiritual de las tinieblas. Contacto con lo oculto por ignorancia. Curanderos, brujos, todo contacto con el ocultismo produce ataduras muy serias en el área espiritual, Dios no ha permitido no ha permitido a ser humano alguno entrar en las cosas secretas. "Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios, más las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre para que cumplamos todas las palabras de la ley". DT.29:29. El que ingresa a estas cosas ocultas lo hace por otra puerta, comprometiéndose con el Diablo. Desde la aparente inocencia de consultar con horóscopos, la lectura de manos, tiras las cartas, hasta la más fuerte magia negra, todo pertenece al ocultismo. Es decir, nos está prohibido ingresar al mundo espiritual de las tinieblas. DT. 18:9-19. Toda consulta, ya sea a través de un horóscopo o cualquier otro método de intentar ver el futuro, lleva a una dependencia de quien consulta hacia la persona que es consultada. El que predice por medio de la adivinación; Por lo tanto, como ya sabemos es un sacerdote o ministro del Diablo. El mismo Satanás se disfraza de ángel de luz. De modo que todo aquel que se ha sometido a consejo de un sacerdote del Diablo se ha sujetado en autoridad a un espíritu inmundo que opera bajo las órdenes de su príncipe, sea cual fuere el compromiso o pacto que haya hecho. Si hizo pacto, de otra manera éste permanecerá. 6. PASO. Renunciar a las ataduras que se van encontrando y que manifiestan ser la causa de la opresión. Cuando ya se sientes las causas que originaron la atadura espiritual, invitamos a la persona a que repita una oración de renuncia sobre cada una de las situaciones específicas encontradas hasta ese momento. Esta oración debe de hacerse en voz alta, no gritando, pero audible igual que se hizo cuando fueron atadas con el enemigo. Renuncia a cada atadura significa desandar los pasos que llevaron a la persona a sellar compromisos con el enemigo, ya sea en lo físico, en lo emocional o en el área espiritual. No sirve la ruptura de una atadura sin especificar la situación diciendo por ejemplo: "¡Renuncio al curanderismo!", es como disparar un tiro al aire sin apuntar a ningún blanco en concreto. Tenemos que colaborar para que la persona renuncie a todo en la forma que cada cosa fue hecha. No es necesario, en el caso de las prácticas ocultistas que conozcas todas las costumbres ocultistas, si estamos ministrando a una persona que ha abierto su corazón porque el Espíritu Santo está obrando en ella, sacará todas las cosas que la atan. A medida que vamos tomando experiencia en la ministración, y la a través de lo que se escucha confesar, se conoce bastante acerca del ocultismo . Pero no es indispensable estar familiarizado con estos temas para poder ministrar. El Espíritu Santo no guía a indagar con mucho amor, prudencia y respeto cada área. No hace falta que nosotros comencemos a puntualizar cada detalle de esas prácticas intentando de esa forma ayudar a la persona a que recuerde, ella misma sacará afuera todo aquello que le oprime. La oración de renuncia debe de ser hecha con voz audible y entendible porque los demonios no son omniscientes (no lo saben todo) no tiene capacidad de leer la mente. Ellos pueden introducir pensamientos; ¡pero no saben lo que pensamos! El único que conoce nuestros pensamientos y pesa nuestros corazones… es Dios. Por eso, los demonios deben escuchar la renuncia que confiesan u rechazan. Es aconsejable que las renuncias que las renuncias audibles y claras sean también concretas, ejemplo: "Una atadura del Alma por tener odio" Podríamos orar así… "En el NOMBRE de JESUS renuncio a todo odio que le tengo a… le perdono por… y lo bendigo en el NOMBRE de JESUS". Así confesando y renunciando… perdonando específicamente con todos los detalles se libera totalmente, no dejando ningún terreno sin limpieza espiritual, de esta manera con todas las circunstancias que salgan. 7. PASO. Tomar autoridad en el nombre de Jesús, romper específicamente toda atadura, y al final echar fuera todos los demonios. Este paso se da en combinación muy estrecha con el paso anterior. Este se divide en dos partes: primero es la ruptura y luego la libración, se rompe el yugo, y luego se echa fuera los demonios. A medida que la persona recuerda las ataduras y renuncia a ellas, nosotros como ministros del evangelio, las debemos ir rompiendo inmediatamente. El renunciamiento y ruptura van juntos. Hay que deshacer las causas, todo lo que ha dado autoridad a los demonios para sujetar y someter a esta persona a medida que la persona renuncia rompemos ataduras. Si después de tomar autoridad en el nombre de Jesús, de romper concretamente toda atadura y echar fuera a los espíritus inmundos, la persona no queda libre, es porque seguramente existe algo más que aún no ha renunciado. No pensemos que el que administra le falta autoridad. Lo que está faltando es claridad acerca de la causas por las cuales las personas es oprimida o está atada. Por eso, es recomendable, primero romper con autoridad… todo yugo, atadura por atadura y cuando creemos que ya no queda nada más, entonces echar fuera al demonio, quienes se manifiesten, a pesar de ser ministrados no quedan libres es porque tienen algo que ver con algo… en concreto que no ha sido contestado y renunciado, la atadura mal que descubrirla con su causa. Repito… hay que ministrar con mucho amor, paciencia, con sujeción al Espíritu Santo que nos enseñe… Liberación no es tener a la persona manifestada constantemente, denigrándola, golpeándola, o golpeándose ella misma, revolcándose o saltando… Así lo único que hacemos es colaborar con la demostración del poder maligno. 8. PASO. Invitar a la persona a que dé gracias a Dios por su liberación que declare que solo a Dios le pertenece la Gloria, la Honra y el Poder. Aunque este punto parece tener una importancia secundaria, es necesario recordar que solo a Dios le pertenece la Gloria, la Honra y el Poder. Una persona ha sido liberada ha de estar dispuesta a engrandecer a su libertador por la obra que fue hecha por la Gracia de Dios para con nosotros en Cristo Jesús, Señor nuestro. Junto a quién la ministró, la persona tiene que dar gracias a Dios por la liberación que disfruta a partir de ese momento. 9. PASO. Hacer orar a la persona para que sea llena del Espirita santo. No debemos orar nosotros para ungirla sino guiarla a que ella misma sea quien ore. "Señor, te doy gracias porque me has liberado". Recibo ahora la unción. La llenura del Poder y la Gracia del Espíritu santo. Jesús aconsejó que una casa que ha sido limpiada y ordenada no deba quedar vacía. MT. 12:43-45. Este último paso de exaltación y adoración de la persona liberada (Que le adore y le exalte varias veces repetidas)… constituya una confirmación de que ha sido liberada totalmente. Si se manifiesta al adorar y ensalzar el nombre del Señor, es qué, no está liberada del todo. Hay que sujetar al espíritu inmundo y empezar a indagar de nuevo. Cuando la persona ha sido liberada debe de tener un seguimiento espiritual por el Pastor y los hermanos, sea prudente y sabio nunca jamás divulguemos las intimidades y experiencias que han afectado a una vida especialmente en la iglesia, incluye a otros hermanos, familiares o amigos. Y el Señor bendecirá tu fidelidad y te seguirá usando, de no ser prudente y proclamador Dios no nos usará en este ministerio. Escuela Bíblica de Filadelfia en Alicante. Con cariño para todos los alumnos de susodicha escuela, para que el conocimiento, el poder y el amor por las almas nos hagan cada día más sencillo, pero poderosos en el NOMBRE de JESUS. ATT. Profesores; Cacho y Mariano.